lunes, 23 de noviembre de 2009
El eterno regreso
El Burrito volvió después de tres partidos sin jugar y brindó algunos destellos de calidad. Sobre el final, un tiro libre suyo estuvo a punto de darle la victoria a River, pero Nelson Ibáñez y el travesaño se lo impidieron.Llegó al Mundialista con un rostro demasiado serio, sin charlar con sus compañeros entre el trayecto que separaba al micro de River del vestuario visitante. Ariel Ortega sabía que el hecho de ir al banco de suplentes no le garantizaba minutos de juego y eso le generaba cierta preocupación, pero la noche mendocina le dio la bienvenida luego de la ausencia frente a Lanús, Newell's Old Boys y Atlético Tucumán.A los 30 minutos del primer tiempo, Marcelo Gallardo tuvo que abandonar el campo de juego a raíz de una molestia en el gemelo izquierdo. El Burrito, que fue ovacionado por los fanáticos de River y recibió insultos de algunos simpatizantes de Godoy Cruz, reemplazó al Muñeco y enseguida tomó contacto con la pelota para entregársela a Diego Buonanotte. El Enano fue el principal socio del ídolo, que se llevó por delante el balón tras un mano a mano entre Ibáñez y el pibe de Teodelina.Ortega tuvo otra chance para que su regreso fuera de la mejor manera: a los 39', Buonanotte lo dejó cara a cara con el "1" local y el derechazo se fue cerca del poste derecho. Ariel participó permanentemente del juego ofensivo e incluso colaboró en la recuperación. Cumplió un trabajo discreto y, cuando iban 46 del complemento, contó con otra oportunidad: un tiro libre que se dirigía hacia el ángulo superior derecho fue desviado por el arquero de Godoy Cruz, para luego dar en el travesaño.Lamentablemente, el Burrito se quedó con las ganas de marcar el gol del triunfo para River. De todas formas, logró darse el gusto de volver a defender la camiseta de sus amores tras varias semanas excluido. Después del empate, Ortega tuvo que ir al antidoping junto con el Keko Villalva y ambos jugadores fueron los últimos en marcharse del Malvinas Argentinas, pasada la medianoche. Ahora, el deseo del jujeño es recuperar la continuidad que necesita para ser feliz.
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