sábado, 21 de noviembre de 2009

Cambiate que entrás

Ortega consiguió el OK de Astrada y se concentró para viajar a Mendoza. Aunque viene de gastarla en la semana y el técnico no definió quién acompañará arriba a Buonanotte, el Burrito estaría en el banco. El Jefe le levantó la veda.Después de 20 días en el purgatorio, Ariel Ortega recibió la indulgencia de Astrada y fue incluido en la lista de concentrados para el partido de mañana contra Godoy Cruz. Aliviado por haber cumplido la penitencia por su "autodesafectación" de la concentración en vísperas del encuentro contra Lanús, y ya más repuesto anímicamente tras sus problemas personales, el Burrito vuelve a tener una oportunidad ante la consideración del Jefe. ¿Pero estará de entrada? Por el momento, la idea del Negro es no acelerar su vuelta ni mostrarse demasiado benévolo con el jujeño. En otras palabras: quiere que el Burrito viaje, que se sienta importante junto al grupo, pero que vaya al banco y haga méritos (sobre todo fuera de la cancha) para recuperar la titularidad. Como punta de partida, entonces, el DT optó por un gesto contundente: a menos de 24 horas del golazo (caricia al ángulo izquierdo de Vega) que metió el jueves en la práctica ante los titulares, le hizo un mimo, un guiño en forma de citación. Ahora le toca responder a Ariel.La pesadilla vivida en Núñez recientemente con el Ortega-gate parece diluirse -al menos superficialmente- con el paso de los días. Atrás quedó la charla del futbolista con el cuerpo técnico la noche del viernes 30 de octubre, cuando confesó angustiado que se iba de la concentración, que estaba muy mal de ánimo y que no sabía si seguiría jugando. En adelante, se repitieron las charlas con sus compañeros más cercanos, los consejos para que empezara un tratamiento, el asesoramiento para que se apoye en un psicólogo. En definitiva, que se rehabilitara en serio y priorizara su salud por encima de su carrera. "Hay cambios, pero sabemos que no es algo que se soluciona en dos días, depende de él, de su fuerza de voluntad", confiaron desde el entorno del DT. Con Ortega fuera de las concentraciones, River cayó con el equipo de Zubeldía, perdió contra Newell's en Rosario y festejó frente a Atlético Tucumán. Sin él, desaprovechó minutos Fabbiani, se le abrió un hueco a Rosales y volvió a gritar el Keko Villalva (potenciado por su dupla con Buonanotte). ¿Y ahora? Determinado el sistema de juego (4-3-1-2) del Jefe, el jujeño tendrá que pelear por un lugar en el ataque al lado del Enano. No será fácil. Para nada. Aunque tampoco imposible tratándose del Burrito. Es más, tan importante es hoy el aspecto anímico que Astrada no considera un detalle menor llevarlo a Mendoza, el lugar en el que el 10 se refugió futbolísticamente cuando el año pasado dejó River. Ahí, aunque su performance en Independiente Rivadavia estuvo lejos de la expectativa que generó su llegada, recibió el cariño de los hinchas de la Lepra y, obviamente, de los muchos riverplatenses que viven en esa provincia y que mañana sueñan con volver a verlo en plenitud. Mientras tanto, Ortega mostró otra vez su sonrisa. Aquella que había perdido en sus días de sufrimiento. La misma que tanto desea ver la gente y un Jefe que lo cuida bien de cerca. Cambiate que entrás.